[English: here]Yo acababa de llegar a la ciudad de Oaxaca en México cuando descubrí la nueva novela de Fernando Lobo – Latinas candentes 6, un retozo satírico a través de la industria de la pornografía de Los Ángeles. Su protagonista mexicano, Edi Montoya, es un empresario de pornografía con la gran idea de una película que expondría “las leyes ocultas del deseo.” Esto es el capitalismo al estilo americano, un espectáculo ficticio de las ideas que explora Lobo en su nueva colección de ensayos, Sentido común, simulación y paranoia. Descubrí los dos libros en las librerías de Oaxaca, y una cosa dio lugar a la otra, hasta que eventualmente nos encontramos después un taller de escritura que él dictaba. Su manera de enseñar, me dijo cuando caminábamos riendo por la calle, es “stand-up comedian.” Tomando cerveza y mezcal con sus estudiantes en un bar, hablamos en español con alguna que otra frase en inglés aquí y allá. (Puede leer la entrevista en inglés aquí.)– Carol Polsgrove, febrero de 2014
¿Por qué situó su novela Latinas candentes 6 en Los Ángeles?
Porque en México el negocio de la pornografía es casi clandestino, está casi prohibido, es de muy bajo presupuesto, it’s very low budget. Entonces, como uno es novelista, uno puede hacer la mega producción que quiera – tenía la oportunidad de ser la grand firma productora y mantener la identitad gracias a nuestra relación migrante, poder tener a Edi Montoya [el protagonista]. Me puedo identificar con él por sus origines mexicanos, pero por otro lado es un gringo con todas las de la ley. Me gustó eso. Yo no lo conozco Los Ángeles.
¿Es una fantasía?
Es una fantasía documentada. Hice muchas preguntas.
¿Hizo investigación?
Sí. Por lo menos Google maps, pero hablé con amigos que viven allá.
Es muy convincente. ¿Prefiere escribir novelas o ensayos o los dos?
Yo vengo de la novela. Este ensayo [Sentido común] que leíste es mí primer ensayo, es mi primer intento de ensayo, es el ensayo de un ensayo. Pretendo hacer más ensayos, me sentí cómodo, fue una buena experiencia, pero, sigo la novela como el género en el cual puedo identificarme y trabajar más rápido sobre todo.
En un gran “rush”.
Sí. El ensayo sale a cuentagotas.
¿Cómo le vino la idea de Latinas candentes 6?
Estaba viendo pornografía. Yo estaba buscando un tema, una línea central de un libro que me permitiera hablar sobre la pantalla de televisión, la pantalla de cine y el montaje y la relación que eso tiene con la realidad, cómo interpretamos nosotros la realidad, nuestras realidades, nuestras relaciones, a partir de lo que vemos en las pantallas. Un poco a partir del planteamiento de Guy Debord en La sociedad del espectáculo – la sociedad presentada como una acumulación de espectáculos, pero también desde la perspectiva de Walter Benjamin – la “aura” de arte reproducida….
Esas son mis bases teóricas, pero la verdad es que un día estaba yo viendo pornografía, y vi un sitio español, y los comentaristas, los espectadores, se quejaban de los lamentos de la actriz, una actriz japonesa. “Si parece que llora, parece que chilla, no gime con placer, gime como si llorar.” Entonces otro comentarista al final mencionó: “Son ustedes ignorantes. En el Japón el porno y el sexo se entienden desde otra perspectiva. Ilústrense, ignorantes.” Eso me llenó de boberas que me hicieron escribir un libro. Decidí cambiar todo el proyecto que tenía e irme hacia la pornografía. En un día.
Creo que era necesario ver mucha pornografía.
Oh, vi mucha pornografía. Pero ahora cuando mi mujer me ve viendo pornografía, no ve a un pervertido viendo cochinadas, ve a un intelectual documentándose.
¿Pero ella no se fue?
No, está, está. Pero ella me dijo al principio, “Ay, déjame ver lo que estas viendo. Quiero compartirlo contigo.” Bueno. ¿No? Se sentó. Dos minutos. Y estaba aterrada, dijo que al día siguiente las imágenes todavía las tenía en su cabeza. Porno duro americano, ¿no? Hardcore, al estilo del Valle de San Fernando, una cosa obscena, violenta, vulgar.
¿Es fácil de obtener?
¡Hay en Internet! Más de la mitad de la Internet es eso, es porno duro americano.
¿Tiene problemas con la librerías [porque del tema sexual de su libro]?
No, nada.
¿Y las revistas? ¿Hay críticas de su libro que –
Nadie se ha indignado por algo moral. Nadie. Yo esperaba algo, aunque sea un poco, alguien de Querétaro, ¿no? Querétaro es nuestro – it’s like our Utah, the most moral people, the most puritan people in Mexico. Querétaro, Michoacán. I hoped for some scandal. No, nada. Nadie se escandaliza. No en Oaxaca en donde vivo, que es una sociedad muy liberal y el Distrito Federal también es una sociedad muy liberal en comparación con el resto del país. No. Cero. Ni censura. Yo quería algo. Para el mercado, es buena la censura.
¿Puede hablar de las dificultades que tiene como escritor en Oaxaca, que no es una ciudad en el centro del mundo?
Es el centro del mundo. Es la metrópoli.
Sí, pero no es la Ciudad de México. ¿Hay problemas en vivir aquí como un escritor?
Los mismos problemas que en la Ciudad de México. No hay dinero.
¿No hay diferencia?
Sí, digamos que para publicar artículos en las revistas nacionales, es más fácil vivir en el Distrito Federal (DF). Para que me inviten en Tijuana o en Guadalajara es más fácil vivir en el DF, es un vuelo menos. Hay muchísimos escritores en el DF. Entonces sí, de algún modo vivo en cierta marginalidad. Por otro lado, mis editores son de aquí. La feria del libro en la que me siento cómodo es la de acá.
¿Hay una comunidad de escritores aquí?
Sí. La vida cultura en Oaxaca en los últimas diez, quince años, ha estallado. Enormemente.
¿Por qué?
Muchos factores. El desarrollo económico. El “boom” de la pintura oaxaqueña. Esos son muy importantes – sus bibliotecas, sus galerías, su trabajo académico, y otras cosas. Hay un boom cultural en Oaxaca, que hace que Oaxaca es un lugar muy particular en términos de la vida cultural. No hay en México ninguna ciudad de este tamaño con la vida cultural que tiene Oaxaca, pero ni remotamente.
Creo que usted, como otros escritores, necesita tener otro trabajo para ganarse la vida.
Todos. Prácticamente todos en México. Dos, tres escritores viven de sus regalías. Los demás tenemos que conseguir empleo.
Creo que hay más oportunidades ahora en Oaxaca. ¿Es verdad? ¿Por ejemplo, sus talleres?
Sí.
Porque hay muchos centros culturales.
No hay muchos.
Pero más que –
Más que antes. Y más que en otras partes. Mi trabajo es una fundación de un millonario que decidió dedicarse a la filantropía cultural. Alfredo Harp. Él paga mi sueldo.
Él paga por el taller.
Sí. Es gratis.
Estaba sorprendida por el número de revistas [literarias] en esta ciudad.
Pocas.
Avispero.
¿Y? Lunaceta.
Otro tiene un calendario de eventos pero también ensayos, artículos.
Jolgorio. Eso es Fundación Harp. Esos dos. Y Lunaceta, cada seis meses. ¿Qué más? [Un estudiante dice, “Cantera verde.”] ¡Oh, hace cuánto! Cantera verde era la histórica. Pero yo no veo un número de Cantera verde hace milenios. Hay esas tres. Pero antes no había ni eso. Esto es nuevo.
¿Es muy difícil para un escritor obtener la atención de las editoriales en Oaxaca?
Sí. Ya no leen. Los editores ya no leen. Ya no leen manuscritos.
¿Cómo atrae su atención?
Necesitan conocerte. Si no te conocen, no te publican. Es un círculo vicioso.
¿Qué es lo que necesitan hacer para atraer la atención de una editorial en Oaxaca?
Yo lo que les [estudiantes] digo es que primero se auto-publiquen y que aprovechen las tecnologías nuevas, los blogs, editoriales electrónicas. Necesitas un golpe de suerte o bien, mostrarte tú. Autogestión. Make yourself. Make your book. Your first book. Y después buscas a los editores. Pero, no entregues tu manuscrito a Planeta. O a Almadía, eso es una pérdida de tiempo, porque las editoriales actualmente no leen manuscritos. De nadie.
En su caso, su primera editorial era –
Era mi cuñado. Pariente.
¿Y después?
Random House.
¿Cómo atrajo la atención de Random House?
En la feria. Aquí son importantes las ferias. En la feria de Guadalajara.
¿Usted llevó su manuscrito a la feria?
No, no, pero hablas con la gente. Y el editor de Random era mi amigo de muchos años. Es un círculo. Tienes que socializar y para eso son las ferias, para conocer gente. No veo otra forma. Uno tiene que hacer sus propias relaciones públicas. Es más – si quieres seguir en este negocio en México, tienes que tener un agente.
¿Tiene agente?
No. Por eso no tengo traducciones, por eso mis contratos son de esclavo.
¿De esclavo?
Vendí mis derechos, todos mis derechos mundiales. No puedo hacer nada con mis títulos.
Los editoriales tienen sus derechos para –
Sí, del mundo.
Me parece que Latinas candentes 6 y Sentido común serían de interés para los lectores de otros países. ¿Hay planes para venderlos en otros países o están vendidos ahora?
Al Latinas candentes 6, el contracto lo firmé por derechos mundiales. Almadía se hará cargo. Pero Almadía tiene un plan de vender principalmente en América Latina, lo cual para mí es muy interesante porque en general, los escritores mexicanos tenemos que publicar en España para que nos conozcan en Argentina o en Chile. Entonces es muy atractiva una editorial que ofrece moverte en Colombia, Chile, Argentina – sin necesitad de publicar en Anagrama o en Tusquets, en los grandes corporativos transnacionales españoles.
¿Almadía tiene la capacidad para poner su libro en las tiendas de todos estos países?
Vamos a ver porque es un gran esfuerzo y a los grandes monstruos corporativos no les gusta precisamente este tipo de esfuerzos, ¿no? Y, con Sur+ [la editorial que publicó] los ensayos Sentido común, simulación y paranoia, estamos buscando entrar a Estados Unidos en español.
¿En español solo o también en inglés?
Estamos buscando entrar en español. A mí, me interesa mucho entrar a los Estados Unidos en español. Obviamente en inglés también. Pero me parece un mercado hispano – mexicanos en Estados Unidos.
¿Por qué no en una edición bilingüe?
Bilingüe es muy caro, y creo que son dos mercados: el gran mercado norteamericano que es el mercado más grande de la industria editorial global, que ya es, llegamos el gran postre de cualquier escritor, y por otro lado el marcado al que creo que puedo acceder, que es el mercado en español.
Creo que a los estadounidenses les gustaría mucho Sentido común. Hay mucha gente a la que le gusta Noam Chomsky, y creo que ellos van a –
¿Los lectores de Chomsky van a comprar Sentido común? Hombre, gracias. Yo leo a Chomsky. Me gusta, aunque él no es humorista.
Tengo interés en el modo en que los libros e ideas se mueven de un país a otro. ¿En su caso, cómo descubre a escritores de otros países a quiénes quiere leer? ¿Cómo descubre escritores de Perú, de Colombia?
Eso es lo que queremos – leer peruanos, colombianos, ecuatorianos, y no podemos. Hay un circuito colonial con las editoriales españolas. Si [escritores] no publican en Anagrama o en Tusquets, no los podemos leer en México y al revés. Nosotros como autores, para que nos lean en Perú, o en Colombia, tenemos que publicar en una editorial española. Es vicioso.
Es el mismo en todos los países que eran parte de un imperio. Por ejemplo, yo viví en África en mi niñez, y en África las líneas de transporte, comercio van a Inglaterra o Francia.
Exactamente. Es colonial.
No [hay suficiente comercio] entre los países. Es un problema para los escritores en Costa Rica – parece que ellos tienen problemas en vender sus libros en otros países de América Latina. Es un mercado, claro, potencial.
Hay muchas editoriales pequeñas que están buscando esos puentes porque los grandes corporativos que compran editoriales medianas dejan un gran mercado en manos de las editoriales nuevas independientes. Es un enorme mercado. Interesante.
Hay muchas pequeñas librerías en todos estos países. ¿Tienen una tendencia a aceptar solo los libros de las grandes compañías?
Sí, claro, claro. Por supuesto. Sí. El gran problema para una editorial pequeña es la distribución. Es que te acepte la gran librería y que te exhiba, que te muestre. Eso es para una editorial pequeña dificilísimo.
¿Es común para usar la Internet para vender libros en México?
No.
¿No hay sitios como Amazon?
Sí, hay. Hay todo. Hay Amazon, hay toda clase y los chavos que leen lo buscan, pero en general es la librería y el gran mercado. El público mexicano compra dos libros al año.
No hay muchos.
Compra libros de vampiros adolescentes. Compra best-sellers. Compra Harry Potter.
Es un gran tema – cómo aumentar los numeros de lectores.
Estoy escribiendo sobre eso. Creo que hay mucha impaciencia sobre este asunto de los números, de los índices de lectura. Yo creo que la literatura no necesita promotores, la literatura tiene su propia seducción, seducción, seducción. Si uno quiere seducir a los demás – uno debe ser un seducido, uno debe estar seducido por la literatura. Hay que estar seducido por la literatura.
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